¿BREXIT SÍ, BREXIT NO.?
Cristina Gavín Moreno. Heraldo de Aragón
En 1957, varios países europeos firman los Tratados de Roma, los cuales suponen el germen de la hoy Unión Europa. Reino Unido decide quedarse fuera. ¿Los motivos? Se negaba, sobre todo, a embarcarse en un proyecto que a largo plazo planteaba la cesión de soberanía de cada estado en beneficio de institucionales supranacionales. Básicamente, los mismos motivos que esgrimen hoy en día los partidarios de la salida de Europa.
Finalmente su entrada se materializó en 1973, pero eso sí, con una fuerte oposición de gran parte de la opinión pública británica. Este “euroescepticismo” no ha desaparecido con los años. El último capítulo lo veremos el próximo mes de junio cuando previsiblemente tendrá lugar el referéndum donde los británicos deberán decidir si permanecen en Europa.
El desafío no es pequeño, a lo largo de los últimos 40 años, el país se ha integrado progresivamente en las estructuras europeas, y la salida del país no sería fácil, con un impacto negativo en la actividad económica e importantes implicaciones que apenas somos capaces de vislumbrar.
¿Es posible una Unión Europa sin Reino Unido? Quizás sí, pero sentaría un precedente muy peligroso, y podría ser el inicio del fin de la institución tal y como la conocemos en la actualidad, abocándonos a una Europa descafeinada, muy lejos de los ideales de su fundación.
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