Servicio de estudios: Colaboraciones
17-04-2016

¿PISANDO FUERTE?

Noemí Díez. Heraldo de Aragón

 
Puede que la liquidez no de la felicidad, pero al menos permite ganar tiempo. Ese parece ser el lema de los principales Bancos Centrales de los países desarrollados. El despliegue de artillería pesada en forma de compra de activos es espectacular, superando los 12 billones de dólares en activos financieros. Su labor por lograr la estabilidad financiera por encima de todo unido a la lucha por sostener el crecimiento y evitar la deflación, podría convertirse en un riesgo futuro de excesos de valoración y apalancamiento.
Saludable o no este intento por fortalecer la recuperación, la deuda total asciende a límites insospechados. Pero no teman, los bancos centrales no necesitan ser recapitalizados, son capaces de soportar pérdidas en las compras de activos. Bendita capacidad de crear dinero.
Lo cierto es que el calado en la economía real comienza a ser inquietante.  El “fracaso” intento de acelerar la inflación a uno y otro lado del Atlántico, y especialmente por parte del BCE,  ha provocado un nuevo debate: el helicóptero del dinero. La idea es ir más allá de influir en los rendimientos de los bonos o la confianza como han hecho hasta ahora los bancos centrales. Se trata de impulsar el gasto e invertir directamente, es decir, financiar directamente los estímulos gubernamentales para familias y empresas. Más allá de los límites económicos y legales con los que contaría la medida, la parte temeraria es que se decidiera ahorrar ese dinero y no consumir e invertir. Pese a que el debate, al menos por el momento, parece ser meramente académico, nunca cabe descartar ninguna posibilidad.
 
Noemí Diez Cebamanos
Gestión de Riesgo de Mercado
Mercado de Capitales
Ibercaja
 
 
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