DILEMAS
Cristina Gavín. Heraldo de Aragón
Existen grandes dilemas en la vida (fue antes la gallina o el huevo, tortilla de patata con o sin cebolla). A los economistas, sin embargo, el que nos preocupa a día de hoy es el que afronta Yellen. A la presidenta de la FED, le resulta cada vez más difícil justificar el mantenimiento del tipo de intervención en el 0.5%, nivel que no ha tocado desde diciembre del año pasado, cuando tuvo lugar la primera subida de tipos desde 2006 y que puso fin a siete años de política monetaria laxa.Los datos de empleo publicados la semana pasada sorprendían positivamente, y se unían a los vistos hace poco sobre confianza empresarial que indican una aceleración de la actividad y vuelven a poner sobre la mesa la necesidad de la economía americana de subir su tipo de intervención, para frenar posibles tensiones en precios y salarios.
¿Cuál es entonces el dilema? Fácil, el efecto que puede tener sobre el crecimiento mundial una política tensionadora por parte de EEUU. Además, el pasado 4 de agosto, el Banco de Inglaterra, ante las incertidumbres a raíz del Brexit recortaba el tipo de referencia en 0,25% anunciando además un programa de compra de activos de 70.000 millones de libras, uniéndose al BCE y al Banco de Japón en sus políticas de estímulo monetario. Esta situación deja a la FED como la única institución bancaria del llamado G4 en llevar a cabo una política monetaria restrictiva. Y sitúa a Yellen en la disyuntiva sobre qué debe pesar más en su decisión, la coyuntura interna o el contexto internacional. Dilema nada sencillo desde luego.
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