INTERÉS RENOVADO EN LOS MERCADOS EMERGENTES

Durante varios años, la inversión en Emergentes ha decepcionado a los inversores, poniendo a prueba tanto su paciencia como su tolerancia al riesgo. Pero lo cierto es que, durante las últimas semanas, no han cesado las preguntas sobre si es hora de invertir en estos mercados. Tras tiempo fuera de las carteras de los inversores, hemos comenzado a ver desde principios de año un interés renovado en forma de flujos de inversión entrando en sus fronteras. La estabilización de sus crecimientos económicos, que tras más de 6 años de desaceleración  parecen haber tocado fondo en la primera mitad de año, les favorece. Así mismo, la positiva evolución de los precios de las materias primas ha aportado su granito de arena a la mejora de las cotizaciones. Con los bancos centrales aplicando medidas económicas expansivas, haciendo que un 36% de los bonos soberanos paguen tipos negativos, la prima de riesgo a nivel global ha disminuido y los inversores se han movido en la curva de riesgo y comenzado a invertir en los mercados emergentes para obtener un plus de rentabilidad. Durante los últimos meses, el anémico crecimiento de los países desarrollados y las incertidumbres que los han azotado (Brexit, elecciones…) ha hecho que estos mercados vuelvan a ser una opción de inversión. A corto plazo, es previsible que estos factores positivos sigan impulsando los flujos de capital desde unas economías desarrolladas de bajo crecimiento y con tipos de interés negativos o cercanos a cero, hacia otros destinos más dinámicos y con tipos de interés todavía “normales”, como son las economías emergentes.