APRENDER A DESAPRENDER
Mª José Martínez. Heraldo de Aragón
Sin embargo, el incremento de las diferencias sociales (ricos – pobres) y el miedo a ataques terroristas han abocado a que el proteccionismo sea uno de los puntales políticos: Brexit, Alemania en sus últimos comicios regionales, Trump…
El FMI ha alertado de las amenazas que supone este aislacionismo. El proteccionismo y el estancamiento de reformas frenan el crecimiento mundial, disminuyen el empleo y fomentan el atraso tecnológico. La solución pasa por una serie de medidas estructurales (a largo plazo) que, en un entorno con niveles de deuda elevados y con unos objetivos electorales cortoplacistas, son complicadas de ejecutar.
Este “neoproteccionismo” nos permitiría cuestionar patrones preconcebidos y buscar nuevas soluciones ante un mundo en evolución constante. Mas realmente sólo oculta un interés electoral en atraer al mayor número de votantes y que “la racionalidad quede en segundo plano frente a las emociones”.
Sin habernos recuperado del Brexit, nos enfrentamos a un calendario político muy intenso en los próximos meses. Es imposible predecir cuál será su resultado; el entorno macroeconómico actual nos condena a que este sea el foco de atención y la causa de volatilidad de los mercados.
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