Servicio de estudios: Colaboraciones
07-11-2016

PENÚLTIMO CONSEJO DEL AÑO

Javier Rillo. Heraldo de Aragón

En las últimas dos semanas he recorrido más de dos mil kilómetros visitando clientes y no clientes y una de las reflexiones con las que me he quedado es que existe la sensación de que la economía no acaba de recuperarse por la falta de crecimiento en los salarios. Si la remuneración al trabajo crece, el consumo debería aumentar, las compañías vender más e invertir para abastecer esa nueva demanda (más empleo) lo que redundaría en una aceleración del crecimiento. A simple vista, tiene sentido. Como también tiene sentido que ante la inestabilidad política que vamos a padecer (a pesar de que ya tengamos Gobierno) las decisiones de inversión sufran en un momento en el que la liquidez y potencial volumen de crédito está en máximos para aquel particular o empresa que quiera asumir riesgo.  También tiene sentido que la ecuación “ingresos menos gasto igual a ahorro” cambie por “ingresos menos ahorro igual a gasto”, especialmente ante el grave problema de sostenibilidad de las pensiones públicas al que se enfrenta la sociedad, cada vez más envejecida. ¿A donde quiero llegar con esto? Nos tenemos que acostumbrar a que las recuperaciones en un entorno de elevado endeudamiento no tienen que venir por un crecimiento del consumo o crédito desmedido sino por mejoras de productividad (sin destruir el mercado laboral) sostenibles en el medio plazo, ofreciendo las empresas productos de valor añadido en los cuales tener cierto poder de fijación de precios. Busquen en sus inversiones ese tipo de empresas.

Javier Rillo Sebastian
Ibercaja Gestión

 
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