Y SI LLEGARA LA PARIDAD
Beatriz Catalán. Expansión
El primer punto que se está poniendo en juego, es la expectativa de una política fiscal ampliamente expansiva en Estados Unidos. Aunque la campaña electoral de Trump fue notoriamente parca en detalles, los mercados financieros se han movido desde su elección, como si la economía americana entrara en un modo de mayor carga fiscal, sin que además tropiece por el mayor proteccionismo, de escasez de fuerza laboral (por una inmigración más baja y deportaciones más altas). Pero, el problema es que estamos trabajando sobre expectativas. No conocemos exactamente qué propondrá Trump, o lo que el Congreso podría permitir hasta el primer trimestre del próximo año. Los mercados están cotizando que la política de impuestos y propuestas de gasto “insinuadas” podrían añadir 2,5% al PIB real de EE.UU en los próximos años, 1,5% por menores impuestos, 0,8% por mayor gasto en infraestructuras, y 0,2% por otros supuestos, como mayor gasto en defensa. Si estas previsiones se cumplieran, parecería lógico que la Reserva Federal aceleraría la senda de subida de tipos en 2017, ya que el crecimiento americano se mantendría lo suficientemente vigoroso para llevar el IPC hasta el 2% a mediados de año. De un ritmo de subidas de una vez cada 12 meses desde finales de 2015 hasta finales de 2016, a esperar que suba cada 6 meses en 2017. Si estuviéramos en lo cierto, y estas políticas fiscales ampliamente expansivas se materializaran, a partir de la segunda parte del año, podría venir la segunda derivada de este efecto: las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda si la política fiscal se relaja en exceso. En este caso, el déficit fiscal norteamericano podría duplicarse desde sus niveles actuales de 3,6% hasta el 6%, y aparecerían dudas de que todos los planes de Trump se pudieran llevar a cabo.
Por otra parte, tenemos al Banco Central Europeo. En Diciembre esperamos se anuncie una extensión de 6 meses de sus compras mensuales de 80 billones euros. No obstante, la clave va a estar en visionar, cuándo se va a producir el inicio en la reducción de compras mensuales, el denominado proceso de tapering. En los últimos meses, las mayores sorpresas por parte del mercado han venido por este lado. Pensamos, que ocurrirá en Europa a partir de la segunda mitad de año, incluso aunque no se hayan alcanzado los objetivos de inflación, en respuesta más a restricciones en la capacidad de compras, que a condiciones cíclicas.
Y por últimos, no nos olvidemos de los “populismos” que están surgiendo en Europa. Hemos tenido ya varios ejemplos: Grecia en Enero de 2015, el Brexit en Junio 2016, y también en España. Pero al próximo año, la historia se puede repetir en: Holanda en Marzo, Francia en Abril/Mayo, Alemania en Octubre y posiblemente también Italia. Estos procesos crearán incertidumbre, volatilidad en los mercados, pero no hasta el punto de romper la Zona Euro. Únicamente si tuviéramos una de las elecciones que generara un evento no esperado en Europa, podría suponer un 10% de caída adicional en el euro.
Con todos estos puntos de atención, el nivel actual del euro dólar alrededor de 1,06, ya refleja una pequeña prima de riesgo por las expectativas de un tensionamiento más rápido de la Fed y un mayor stress soberano. Aplicando un modelo sencillito relacionando el diferencial de tipos de ambas zonas, donde vemos cómo la divisa se mueve alrededor de un 8% por cada subida de 100 p.b. en el diferencial de tipos, el modelo nos llevaría a una predicción en el entorno de 1,04. Por lo que quizás, cada vez vemos más limitada la expectativa de mayor apreciación del dólar.
Beatriz Catalán Corredor
Doctora en Economía
Gestora de Inversiones, Ibercaja Gestión
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