ABRIR EN CASO DE APOCALIPSIS
Mª José Martínez. Heraldo de Aragón
La teoría económica trata al individuo como ser racional cuando todos somos conscientes de nuestro comportamiento emocional. De ahí la aversión a las pérdidas: se sufre más por una caída de 100€ de lo que se valoran los beneficios de igual cuantía. En el corto plazo, es fácil dejarse llevar por las caídas y perderse las recuperaciones.
Otro de los sesgos del ser humano emocional es su anclaje a los hechos pasados más recientes, de tal manera que esto condiciona nuestra percepción futura y hace complicado que, inmersos en una crisis, podamos extrapolar futuros eventos positivos.
Mi carta respondería a preguntas sencillas: ¿cuántas veces se han cumplido los apocalípticos “esta vez es diferente” de los medios de comunicación?, si hubiera vendido la última vez que entré en pánico ¿qué habría evitado y/o qué me habría perdido?; y sobretodo, ¿cuáles son los presupuestos para invertir en renta variable? No quiero condicionar las respuestas de nadie pero en respuesta a esta última cuestión aparece el término largo plazo, ¿es congruente tomar decisiones cortoplacistas cuando el horizonte de inversión es otro?
Mª José Martínez Blázquez
Gestora de Inversiones.
Ibercaja Patrimonios
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