SOBRE PLEGARIAS

Decía Santa Teresa de Jesús “existen más lágrimas por las plegarias atendidas que por aquellas que no lo fueron”. Los británicos lo saben bien. A pesar de las reticencias con la que han vivido su pertenencia a la UE desde que se incorporaron en 1973, el país se ha integrado progresivamente en las estructuras europeas, y de ahí que la negociación para la salida no sea fácil, con un elevado coste económico, mucho más allá de lo que los propios británicos anticipaban, especialmente si dicha salida se produjera sin acuerdo, algo que nadie desea, pero que no es descartable a día de hoy.

En este escenario existe un actor que está jugando un papel muy importante, aunque a día de hoy pase bastante desapercibido. Me refiero a Mark Carney, presidente del Banco de Inglaterra. Carney es consciente del efecto que sobre el país podría tener una política monetaria restrictiva en el escenario de complejas negociaciones que estamos viviendo. Así, a pesar de la robustez del consumo privado, y la fortaleza que han mostrado los salarios y el mercado laboral en los últimos meses, el tipo de intervención se ha mantenido sin cambios en el 0,75% en las últimas reuniones, sin previsión de subida hasta que se alcance un acuerdo definitivo que despeje el escenario.

El tiempo dirá el efecto que a largo plazo puede tener sobre la economía británica unos tipos más bajos de lo que correspondería, sobre todo en términos de inflación o posibles burbujas. Y es que hay que tener cuidado con lo que se desea.