LA BELLA DURMIENTE
Diego Orte Aroz. Heraldo de Aragón
Como si se tratará de la princesa Aurora en la película de Walt Disney, la inflación en la eurozona sigue dormida. La referencia subyacente, aquella que elimina los componentes más volátiles, registraba un avance del 1,3% en abril. En la primera reunión del año, Mario Draghi recortaba en cuatro décimas las expectativas fijadas en diciembre, esperando un crecimiento de la referencia global del 1,2%, muy por debajo del 2% asentado como el nivel óptimo por el organismo.
Desde el año 2000, la inflación promedio ha sido del 1,4%. Sin embargo, está se ha visto mermada en los últimos diez años, pasando de un ritmo de expansión próximo al 1,7% en la primera década, a una tasa del 1,1% en el segundo periodo.La ingente cantidad de liquidez otorgada por el Banco Central Europeo desde el comienzo de la gran crisis financiera no ha tenido la repercusión deseada a nivel de precios, dejando en evidencia el desequilibrio entre oferta y demanda solvente de crédito.
Atendiendo a la relación inversa entre la tasa de desempleo e inflación expuesta en la famosa curva de Phillips, el actual desempleo debería haber implicado una mayor expansión de los precios. Igualmente, las recientes presiones salariales tampoco están consiguiendo estimular el crecimiento. Veremos si esta vez existe un príncipe que despierte a la inflación, como lo hizo Felipe con la princesa Aurora.
Diego Orte ArozDesde el año 2000, la inflación promedio ha sido del 1,4%. Sin embargo, está se ha visto mermada en los últimos diez años, pasando de un ritmo de expansión próximo al 1,7% en la primera década, a una tasa del 1,1% en el segundo periodo.La ingente cantidad de liquidez otorgada por el Banco Central Europeo desde el comienzo de la gran crisis financiera no ha tenido la repercusión deseada a nivel de precios, dejando en evidencia el desequilibrio entre oferta y demanda solvente de crédito.
Atendiendo a la relación inversa entre la tasa de desempleo e inflación expuesta en la famosa curva de Phillips, el actual desempleo debería haber implicado una mayor expansión de los precios. Igualmente, las recientes presiones salariales tampoco están consiguiendo estimular el crecimiento. Veremos si esta vez existe un príncipe que despierte a la inflación, como lo hizo Felipe con la princesa Aurora.
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