Ibercaja
DAME MÁS GASOLINA
Noemí Díez. Heraldo de Aragón
Las voces disidentes dentro del BCE (solo hace unas semanas tuvimos la renuncia de uno de los miembros de su cúpula) vienen lanzando firmes mensajes de descontento con la política extremadamente acomodaticia. Las actas de la última reunión del BCE de septiembre, publicadas esta misma semana, ha dejado clara la evidencia: tras varios años de medidas cuantitativas extraordinarias hay miembros del BCE que tienen serias dudas sobre los efectos positivos en la economía real, y se critica incluso las anomalías que en el mercado de renta fija privada y deuda pública habrían creado.
Para frustración de alguno de sus miembros se aprobó retomar el programa de deuda pública y privada a razón de 20.000 millones de euros al mes a partir de noviembre y sin fecha de finalización. Además, el BCE bajo la tasa de interés de depósito en 10 puntos básicos, hasta el -0,5%. Adicionalmente se aludió a que los tipos de interés seguirán en el nivel actual o más bajo, siempre con el objetivo puesto en que las perspectivas de inflación converjan con su objetivo del 2% (todavía situada en el 0,9%).
La sospecha que viene acompañando en estas últimas medidas se centra en la posible intención de proteger a los gobiernos europeos más endeudados, donde las palancas de política fiscal son muy escasas y se palpa todavía la necesidad de medidas estructurales. Solo el paso tiempo nos dará respuesta a si con tanta gasolina los incentivos son o no los equivocados.
Para frustración de alguno de sus miembros se aprobó retomar el programa de deuda pública y privada a razón de 20.000 millones de euros al mes a partir de noviembre y sin fecha de finalización. Además, el BCE bajo la tasa de interés de depósito en 10 puntos básicos, hasta el -0,5%. Adicionalmente se aludió a que los tipos de interés seguirán en el nivel actual o más bajo, siempre con el objetivo puesto en que las perspectivas de inflación converjan con su objetivo del 2% (todavía situada en el 0,9%).
La sospecha que viene acompañando en estas últimas medidas se centra en la posible intención de proteger a los gobiernos europeos más endeudados, donde las palancas de política fiscal son muy escasas y se palpa todavía la necesidad de medidas estructurales. Solo el paso tiempo nos dará respuesta a si con tanta gasolina los incentivos son o no los equivocados.
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