TORMENTA PERFECTA EN LA RENTA FIJA
Guillermo Uriol. Heraldo de Aragón
Si analizamos la rentabilidad de una cartera de renta fija privada grado de inversión, el comportamiento tan negativo es objeto, en mayor medida, del efecto de la curva de tipos de interés que supone más de un 60% de la caída. El 40% restante viene del efecto riesgo de crédito donde el movimiento en los diferenciales se ha comenzado a sentir, pero algo más leve por el momento. En situaciones normales, el efecto de ambas patas tiende a compensarse en mayor o menor medida, pero en esta ocasión el efecto es negativo en ambas.
¿A qué se debe este movimiento tan abrupto? En primer lugar, una aversión al riesgo por parte de la comunidad inversores debido a la guerra y a la alta inflación que aumenta los costes de las compañías, lo que podrá empeorar los resultados empresariales. En segundo lugar, el repunte de tipos por el mensaje tan agresivo del Banco Central Europeo ha lastrado las rentabilidades. Todo ello, ha dado como resultado que las carteras de renta fija se encuentren en mínimos históricos, por debajo de la gran crisis financiera de 2008 y de la pandemia del COVID en 2020.
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