Anómala paridad
Santiago Martínez Morando. Heraldo de Aragón.
Más allá de estos factores influyentes a corto plazo, no hay motivos que justifiquen de forma estructural los bajos niveles actuales, lejanos a los 1,2 dólares que ha promediado el euro desde que nació en 1999. La inflación ha sido más alta en Estados Unidos (el IPC subyacente ha aumentado un 63% en estos 20 años frente a un 38% en la Zona Euro) y el elevado y creciente déficit comercial norteamericano es otro claro indicador de la sobrevaloración de su divisa. Mientras se mantenga la anómala paridad del euro, las compras en dólares nos saldrán caras, pero la situación será propicia para el sector exportador.
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