¿Fin de ciclo en Estados Unidos?
Guillermo Serrano. Diari de Tarragona
Más pronto que tarde las consecuencias de un ciclo de subidas tan restrictivo tenían que hacerse notar y desde que empezó el año son varios los bancos que por problemas contables se han visto obligados a ser absorbidos por otras entidades mucho más solventes. Todo parecía indicar que el camino para frenar la inflación estaba cuanto menos claro; y aunque teníamos presente los efectos negativos que ello conllevaba en el crecimiento de las economías y empresas, nadie previó los efectos secundarios que esta situación podría provocar en los balances de ciertos bancos.
Bien es cierto que la teoría dice que, si un banco central sube los tipos de referencia, la inflación debería moderarse y tender a la baja y, además, un entorno de tipos al alza favorecerá a priori a los bancos, ya que, a mayores tipos, mayor rentabilidad en sus operaciones bancarias. Y sobre el papel, todo es correcto, lo que sucede es que la teoría rara vez se corresponde con la realidad dado que estas subidas de tipos han tenido un efecto perverso en la valoración de los activos de renta fija provocando grandes perdidas contables, lo cual unido a las salidas de los depósitos de los clientes ha creado la tormenta perfecta.
Guste o no, la realidad es que la gestión del balance de los bancos rescatados queda cuanto menos en entredicho. Si estos bancos fueran más fuertes desde el principio y si se hubiera llevado a cabo una disciplinada política de control de riesgos, todo el lamentable episodio podría haberse evitado ya que, a pesar de todas las reformas regulatorias desde la crisis financiera de 2008 la situación ha encendido más de una alarma. Mucho ha debido preocupar toda esta situación a la Reserva Federal y al sistema bancario americano para que hayan salido al rescate con tantísima premura; los viejos fantasmas del pasado siguen presentes y en todo caso se ha querido evitar un efecto contagio que cuestione la solvencia del sistema.
Bien es cierto, que si algo hemos aprendido de 2008 es que es primordial cortar el problema cuanto antes; tras Silicon Valley Bank, Signature Bank y Credit Suisse, el último en caer ha sido el First Republic Bank el cual ha sido adquirido por JP Morgan. Y el ruido no termina aquí, ya que se sigue cuestionando la viabilidad de varios bancos regionales americanos, pero de tamaño más que considerable como para provocar un susto en el sistema.
Esta situación no es sostenible en el tiempo; el sistema bancario no puede sobrevivir a base de que “bancos buenos” salven o absorban a “bancos malos” cuando las aguas vengan revueltas y, por lo tanto, no sería de extrañar, que una vez las aguas se calmen, los reguladores establezcan nuevas reglas del juego endureciendo la regulación actual. En cualquier caso, si las subidas de tipos realmente han llegado a su fin, podríamos ver como los bancos con balances más estresados cogen aire a medida que se recuperan las valoraciones de sus activos y se frena la salida de depósitos.
Guillermo Serrano. Ibercaja Gestión
Diari de Tarragona 07/05/2023
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