Ibercaja
DEPENDE
María José Martínez Blázquez. Heraldo de Aragón
Nos encontramos en plena campaña de publicación de resultados y más que nunca estamos palpando cómo evalúa el mercado los mismos. Por un lado tenemos lo que los analistas esperan que presenten las empresas y por otro lo que éstas realmente muestran en sus libros de contabilidad. En un periodo tan marcado por la incertidumbre, no resulta de extrañar que la divergencia entre ambos se haya ampliado dando lugar a fuertes movimientos en las cotizaciones.
¿Buenos/malos resultados? Depende de si los observamos en términos absolutos o relativos. En términos absolutos, con caídas del beneficio esperadas en Europa alrededor del 35. Sin embargo los precios descuentan expectativas futuras, no hechos pasados. Ahora mismo se estima vamos a tener una recuperación a mayor o menor velocidad.
¿A qué velocidad? Depende, existen decisiones de consumo que no hemos cambiado (consumo básico o tecnología) frente a otras que hemos aplazado o modificado sustancialmente (ocio).
Y la pregunta del millón: ¿va a seguir subiendo la bolsa? En el corto plazo, la bolsa es irracional, pasa de la euforia al pánico en breve lapso del tiempo. En el largo plazo, los precios reflejan el comportamiento de los beneficios junto con las expectativas de los inversores. La segunda es imposible de estimar, la primera es más sencilla una vez sigamos viendo los mensajes de las compañías como principal pulso del estado y el cambio de las economías.
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