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LAS CUENTAS PÚBLICAS Y EL ORDEN DE PRIORIDADES
Santiago Martínez. Heraldo de Aragón
Con la triste evolución de la pandemia y el espectáculo carnavalesco del Capitolio en EE.UU., el inicio de 2021 no parece muy distinto a lo vivido durante el desastroso 2020, pero creo que todos, en mayor o menor medida, confiamos en que la situación mejore en los próximos meses. Este año es crucial para cimentar la recuperación y conviene tener claro el orden de prioridades.
En primer lugar hay que acabar con la pandemia, es lo más importante desde un punto de vista humano y económico. En segundo, afrontar los daños con políticas paliativas (ERTE, ayudas sectoriales) e implementando los planes de inversión “Next Generation EU” eficientemente para incrementar el potencial de crecimiento. El ajuste de las cuentas públicas parece la última de las prioridades (gracias a la voluntad política y a la contundente actuación del BCE), pero habrá que afrontarla en algún momento y será más fácil para los países que hayan conseguido elevar su productividad.
La gestión de la pandemia en España durante 2020 no fue de las más eficaces. En 2021 tenemos la oportunidad de resarcirnos con una contención temprana (y definitiva) de la enfermedad y con un buen uso de los fondos europeos que nos permita incrementar un potencial de crecimiento lastrado en los últimos años por los bajos niveles relativos de capital humano y tecnológico. No será fácil, pero es nuestra responsabilidad intentarlo.
En primer lugar hay que acabar con la pandemia, es lo más importante desde un punto de vista humano y económico. En segundo, afrontar los daños con políticas paliativas (ERTE, ayudas sectoriales) e implementando los planes de inversión “Next Generation EU” eficientemente para incrementar el potencial de crecimiento. El ajuste de las cuentas públicas parece la última de las prioridades (gracias a la voluntad política y a la contundente actuación del BCE), pero habrá que afrontarla en algún momento y será más fácil para los países que hayan conseguido elevar su productividad.
La gestión de la pandemia en España durante 2020 no fue de las más eficaces. En 2021 tenemos la oportunidad de resarcirnos con una contención temprana (y definitiva) de la enfermedad y con un buen uso de los fondos europeos que nos permita incrementar un potencial de crecimiento lastrado en los últimos años por los bajos niveles relativos de capital humano y tecnológico. No será fácil, pero es nuestra responsabilidad intentarlo.
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