Servicio de estudios: Colaboraciones
08-06-2025

EL PRECIO DEL LIDERAZGO MONETARIO

Iván Jiménez Gracia. Heraldo de Aragón

Desde Bretton Woods, el dólar ha sido el eje del sistema financiero global, pero esta posición privilegiada conlleva una contradicción: la paradoja de Triffin. Para que el mundo tenga suficientes dólares que utilizar como medio de pago y reserva, EE. UU. debe mantener déficits externos, financiados por el ahorro de inversores extranjeros. Sin embargo, esa misma dinámica erosiona la confianza en su moneda.

Robert Triffin advirtió en 1960 que una moneda nacional usada como divisa global obliga al país emisor a sacrificar su equilibrio interno por la estabilidad del sistema. En el caso estadounidense, esto se traduce en desequilibrios crónicos en su balanza por cuenta corriente y un crecimiento de la deuda externa. A corto plazo, esto sostiene la liquidez mundial; a largo plazo, plantea dudas sobre la sostenibilidad del modelo.

Esa sostenibilidad depende en buena medida de que el capital recibido desde el exterior se invierta a tasas de rentabilidad superiores al coste de financiar esa deuda. Si no es así, el desequilibrio se vuelve acumulativo e insostenible.

En un contexto de tensiones geopolíticas crecientes donde el dólar se utiliza como herramienta de política arrojadiza, resurgen las dudas estructurales sobre el modelo. ¿Puede sostenerse la hegemonía del dólar sin poner en riesgo la economía de EE. UU.?

Iván Jiménez Gracia
Gestión de Riesgos Financieros
 
 
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