LA NAVAJA DE OCKHAM
Cristina Gavín Moreno. Heraldo de Aragón
Si revisamos los niveles de rentabilidad de las curvas soberanas, desde hace ya tiempo, llama la atención el nivel de la deuda francesa con respeto a sus homólogos europeos, especialmente con respecto a España. El bono de nuestro país a 10 años paga 0,10% menos frente al francés, a pesar de que la calificación crediticia de la deuda francesa es sustancialmente mejor que la española.
¿Qué explica este fenómeno? Pues aplicando el principio de Ockham, la explicación más sencilla parece ser la correcta. Los fundamentales de nuestro país son mejores que los de nuestros vecinos del norte. La situación del país galo es compleja, con un déficit previsto para 2025 muy por encima del 5%, eso, unido a unas expectativas de crecimiento que apenas llegan al 0.6% para este año, son argumentos más que suficientes para que los inversores muestren desconfianza frente a una economía española con un déficit más contenido y una previsión de crecimiento cercana al 2.5%. De esta manera de cara a fin de año, es más que probable que esta divergencia en las rentabilidades se mantengan y los inversores continúen prefiriendo la deuda de nuestro país.
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