LOS MERCADOS HAN HECHO LAS CUENTAS
Iván Jiménez. Heraldo de Aragón
Los rendimientos de la deuda no se mueven únicamente por tecnicismos. Están anticipando inflación persistente y un mayor riesgo soberano de impago. Cada punto básico extra supone más coste por intereses y un volumen de deuda acumulado cada vez más difícil de manejar, que reduce el margen de maniobra futuro y acota la capacidad de los gobiernos para responder a próximas crisis.
El dilema está servido. O emerge un nuevo motor de crecimiento –¿será la inteligencia artificial ese catalizador?– o la historia nos conduce, de nuevo, a los fríos pasillos de la disciplina fiscal.
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