Research Department: Collaborations
17-06-2019

CUESTIÓN DE PERSPECTIVA

Alberto Blasco. Heraldo de Aragón


Los retornos de los activos se basan básicamente en dos variables, la diferencia de precio entre la venta y la compra, y las rentas que generan durante la vida que los poseemos.

Según el activo que compramos ponemos el foco más en la renta que en el precio. Por ejemplo en el caso del inmobiliario, si compramos un local o un piso para alquilarlo, tendemos a dar mayor importancia a la renta mensual que vamos a obtener, en lugar del precio del bien en cuestión que es más difícil de valorar. En el caso de la renta fija, se presta mayor atención al cupón que se va a cobrar que a la variación del precio durante la vida del activo. En una empresa no cotizada, nos fijamos en las ventas y el resultado que obtiene la empresa año tras año y el reparto del mismo.

En el caso de la renta variable, el foco se centra en el precio de las acciones, que en el corto plazo no refleja la realidad de la empresa. En las empresas cotizadas debemos poner el foco como en las no cotizadas en el resultado que obtiene la empresa, la evolución de los ingresos, márgenes y el beneficio así como en su posición competitiva. Si estos son buenos una bajada de precio no debe preocuparnos en exceso ya que se puede deber a posibles turbulencias incontrolables del ruido de los mercados del corto plazo. Por eso es recomendable mirar los activos desde todos los ángulos posibles para tener una visión completa.

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