Haciendo números con la inflación
Santiago Martínez. Diari de Tarragona.
Dada la inelasticidad de la demanda, tanto el precio del petróleo como el de la electricidad detraen recursos que serían dedicados a consumir otros bienes y servicios. Desde la perspectiva de los hogares, el gasto en electricidad, gas y carburantes supone un 10% del total y, en febrero, sus precios crecían un 80,5%, un 17,3% y un 26,8% interanuales respectivamente. De mantenerse estas tasas durante todo el año, estas partidas costarían 20.000 Mn€ más que en 2021. Además, se están encareciendo otros grupos de consumo por el aumento de los costes y las expectativas de posibles problemas de suministro, en particular los alimentos y bebidas, que suponen más de un 15% del gasto de los hogares y cuyos precios aumentaban un 5,6% en febrero, lo que podría suponer un coste adicional del 5.000 Mn€ este año.
Entre 2020 y 2021 los hogares generamos un ahorro extra de 90.000 Mn€ que puede contribuir a paliar la pérdida de renta derivada de los encarecimientos mencionados, aunque supongo que a todos se nos ocurren mejores formas de gastar este dinero obtenido a base de muchas privaciones que en pagar los encarecidos recibos de la luz, el gas, la gasolina o el supermercado. Además, ese ahorro se generó de forma desigual y los gastos en alimentación, electricidad, gas y carburantes suponen un 30% del consumo de los hogares de menores ingresos frente a un 20% en los de mayores ingresos, de forma que la situación de los primeros se ha visto más deteriorada.
Las perspectivas son realmente inciertas, ya que el precio del gas podría dispararse en caso de que Rusia decidiese interrumpir el suministro a la Unión Europea. Esto nos debe recordar que, además de trabajar en medidas paliativas, conviene estar preparados para cualquier escenario y, sobre todo, que debemos afrontar problemas estructurales como nuestra dependencia energética.
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