NO GANAMOS PARA SUSTOS

En una semana en la que la banca internacional ha hecho temblar los mercados, la máxima autoridad monetaria europea seguía adelante con sus planes y elevaba esta semana el tipo de referencia hasta el 3,5%. Pese a utilizar un tono más moderado fue fiel al mensaje de reuiones previas donde el control de la inflación (demasiado alta durante demasiado tiempo) sigue siendo su prioridad máxima, con objeto de que la reducción de la demanda acabe trasladándose a los precios. Sin embargo, quien le iba a hacerle pensar a Lagarde que en poco menos de una semana se cuestionaria la vulnearabilidad y fortalezas de sector financiero europeo.
El balón de oxígeno para el banco suizo Credit Suisse ha actuado de cortafuegos para el sentimiento negativo que los mercados de renta variable y bonos habían acusado en Europa. El propio BCE confirmaba que no ve ningún efecto contagio, y califica al sector financiero en la zona Euro de sólido y resiliente después del refuerzo de supervisión bancaria y los mecanismos de capital tras la última crisis bancaria. Aunque el BCE no cesa en su empeño por doblegar la inflación, insiste en que ofrecerá el apoyo monetario y de liquidez al sistema financiero de la zona euro.
El temor, por el momento infundado, a una nueva crisis financiera ha dinamitado los mercados bursátiles y los inversores han buscado refugio comprando deuda soberana. La mirada seguirá puesta en las próximas semanas en la banca, así como en la capacidad de respuesta por parte de los bancos centrales.