EL ICEBERG AMERICANO
Eduardo Miranda Sancho. Heraldo de Aragón
Mientras persista la incertidumbre generada por los vaivenes arancelarios, será difícil calibrar el impacto económico final. Esto se ha reflejado en un contexto de datos distorsionados por el adelanto de importaciones en EE. UU o la decisión de mantener tipos en la última reunión de la Reserva Federal.
Pese al deterioro de las previsiones globales por el impacto comercial (señalado por distintos organismos como el FMI, Banco Mundial…), es preciso no obviar un riesgo menos mediático, pero con un potencial de mayor impacto en la estabilidad de la economía mundial: el exceso de deuda.
Atendiendo únicamente a EE. UU, a finales de 2024, la deuda pública suponía el 121% de su PIB, doblando la ratio desde 2007, pese al fuerte impulso económico y tecnológico de los últimos años. Además, el déficit fue del -7% por segundo año consecutivo.
Incluso Moody’s (agencia de rating americana que mide el riesgo de impago) rebajó la calificación crediticia de EE. UU un escalón en mayo.
Esta situación se está trasladando al mercado de renta fija: existe un menor interés por la deuda soberana estadounidense y ahora cada subasta sirve como termómetro del sentimiento inversor.
Más allá del efecto cegador de la errática política comercial americana existe el riesgo de un endeudamiento creciente y excesivo que no llegamos a ponderar en su totalidad.
Eduardo Miranda Sancho, CESGA (emiranda@ibercaja.es).
Análisis Económico y Financiero, Ibercaja.
Volver