IBEX 35 – EL REGRESO DE UN ÍNDICE CON MUCHO VALOR
Guillermo Martín Muñoz. Diari de Tarragona
Otros índices europeos —como el CAC 40 francés, el FTSE 100 británico o el Stoxx 600— tampoco incorporan dividendos, y sin embargo recuperaron sus cotas más altas hace años. ¿Significa eso que las empresas españolas han tenido un peor comportamiento operativo? No necesariamente. El índice español, muy ponderado en banca y eléctricas, concentra actividades con altas remuneraciones al accionista: de media, más del 40% de los beneficios netos se distribuyen cada año en dividendos. Esa política “drena” la cotización más que en el caso de sus comparables europeos, pero beneficia al inversor que los reinvierte.
Durante los años posteriores a la gran crisis financiera, el Ibex 35 ha sido una inversión alejada de las tendencias tecnológicas que dominan los flujos inversores masivos, en gran parte derivados de la nueva gestión pasiva que crea, en muchas ocasiones, tendencias bursátiles irracionales y alejadas del análisis fundamental. Y conviene recordarlo: el Ibex no es solo bancos. En él conviven líderes en infraestructuras y concesiones, energéticas con papel clave en la transición hacia un sistema más electrificado —imprescindible también para el desarrollo de la propia inteligencia artificial—, compañías turísticas con presencia global y negocios regulados con flujos de caja estables.
El parqué español, que en 2023 cotizaba con un descuento superior al 10% respecto a su media histórica y de cerca del 15% frente al conjunto europeo, ha protagonizado una recuperación notable. En los dos últimos ejercicios acumula una rentabilidad anual cercana al 34%, superando al índice de referencia americano, una evolución coherente con la mejora de beneficios, calidad y valor de sus compañías.
En 2025, la gran tendencia inversora global tiene nombre propio: la inteligencia artificial. Buena parte del capital internacional busca exposición a esta revolución tecnológica, lo que ha generado una clara dicotomía en los mercados. Mientras una parte de los flujos se dirige a las compañías de nueva economía, otra vuelve la mirada hacia activos con beneficios predecibles y valoración razonable. En ese contexto, el Ibex 35, tradicionalmente más cíclico y con escasa presencia tecnológica, se está viendo favorecido por el regreso del inversor extranjero, atraído por su rentabilidad por dividendo, su descuento frente a otros índices y el mayor equilibrio macroeconómico dentro de la eurozona. Por primera vez en años, el Ibex 35 ha vuelto a figurar en los radares internacionales de inversión.
Su vuelta a máximos es, más que una noticia, una reivindicación.
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