IbercajaUN VISTAZO A ITALIA
Cristina Gavín Moreno. Heraldo de Aragón
La economía italiana tiene mucho camino por recorrer. Con un crecimiento esperado para este año y para el próximo por debajo del 1%, desde luego no se puede considerar una economía muy dinámica. Un consumo que no acaba de despegar, un sector exterior que drena dinamismo y un nivel de deuda sobre PIB por encima del 130% no parecen ser muy buena carta de presentación.
Sin embargo, si vemos como está cotizando su prima de riesgo, se sitúa actualmente en 75 puntos básicos, por debajo de la francesa, y en niveles no vistos en más de 15 años.
¿Qué están viendo los mercados para apostar por la deuda del país? Sencillo, los inversores están comprando expectativas. Italia ha recuperado el superávit primario que perdió en 2020, además se espera que este año alcance un déficit del -3% -que ya quisieran otros países de la Eurozona-, a esto se une una inflación controlada, un nivel de paro en mínimos históricos y un esfuerzo fiscal importante. Con estos mimbres, las agencias de rating han elevado la calificación crediticia del país y los inversores extranjeros han incrementado su exposición en deuda italiana.
Decía Einstein que es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio, quizás debamos empezar a abandonar nuestras ideas preconcebidas sobre Italia y empezar a mirar el país con nuevos ojos, porque, aunque está claro que queda mucho por avanzar y muchos desequilibrios que corregir, el país parece ir por la senda adecuada.
Sin embargo, si vemos como está cotizando su prima de riesgo, se sitúa actualmente en 75 puntos básicos, por debajo de la francesa, y en niveles no vistos en más de 15 años.
¿Qué están viendo los mercados para apostar por la deuda del país? Sencillo, los inversores están comprando expectativas. Italia ha recuperado el superávit primario que perdió en 2020, además se espera que este año alcance un déficit del -3% -que ya quisieran otros países de la Eurozona-, a esto se une una inflación controlada, un nivel de paro en mínimos históricos y un esfuerzo fiscal importante. Con estos mimbres, las agencias de rating han elevado la calificación crediticia del país y los inversores extranjeros han incrementado su exposición en deuda italiana.
Decía Einstein que es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio, quizás debamos empezar a abandonar nuestras ideas preconcebidas sobre Italia y empezar a mirar el país con nuevos ojos, porque, aunque está claro que queda mucho por avanzar y muchos desequilibrios que corregir, el país parece ir por la senda adecuada.
Volver